Friday, March 16, 2007

Una dulzura

Se levantó a la mañana y se miró al vidrio sucio del espejo. Con el índice derecho, se limpió las telarañas que aparecían en el fondo de su cuenco ocular. Retiró el polvo acumulado durante las noche que pasó sobre la madera, se calzó la última costilla flotante, ajustó su atlas con las dos manos, de modo que su cabeza quedara firme, y salió a la calle.

............................................................................................................................................................................
Como es de suponerse, nadie sabía nada. La temperatura del ambiente era desconocida, la nubosidad, nunca vista. Todos van a un lado y no hay tiempo de desperdiciarlo. Sonrió, porque es lo que todos hacen y siguió caminando. Por supuesto eso es algo que nadie sabía. Ni siquiera él.

3 comments:

ladelabarra said...

BeatleJuice en pompeya en colectivo?

¿No hay olor a cable quemado? said...

O un cadáver exquisito, Quien sabe...

ladelabarra said...

entre vos y vos?